Esta prueba mide la respuesta en el comportamiento de los artrópodos a diferentes repelentes en un ambiente controlado, ayudando en el desarrollo y optimización de formulaciones efectivas.
El olfactómetro consiste en una cámara de elección en la que los artrópodos son expuestos a dos o más fuentes de olor, siendo una el repelente/atrayente a analizar mientras que la otra es un control. El movimiento de los artrópodos y su preferencia por los olores queda registrado, proporcionando información sobre la actividad del producto a testar.
Ensayos de alimentación con Hemotek
Los ensayos de alimentación de sangre que utilizan el sistema Hemotek representan un método útil en la evaluación de la repelencia que ofrecen algunos productos. Este dispositivo ofrece una fuente de alimento a los insectos hematófagos a través de una membrana artificial termorregulada que contiene sangre.
En las pruebas de repelencia, el sustrato tratado se coloca sobre el dispositivo Hemotek, de modo que se observa la respuesta de los insectos ante el producto a testar, evaluando su intención de picada (landing) o su alimentación (feeding).
Ensayos de “Arm-in-cage"
Esta prueba está diseñada para la evaluación de repelentes de uso tópico frente a mosquitos. Consiste en la introducción del brazo de voluntarios en una jaula con un número determinado de insectos.
De este modo, la actividad de los mosquitos al posarse y/o tratar de picar puede evaluarse comparando el comportamiento al ser expuestos a un brazo previamente tratado con el producto a testar frente a un brazo control sin repelente.
Una variante de esta prueba es el “arm-to-cage”, en la cual el brazo se sitúa junto a la jaula en lugar de en el interior de la misma.
Room test: repelentes tópicos y espaciales
En esta prueba, los voluntarios tratados con el repelente se exponen a mosquitos liberados en un espacio cerrado, habitación o cámara.
El ensayo también se puede realizar con un repelente ambiental, dejando actuar el producto a testar y exponiendo a voluntarios a insectos liberados en la cámara. Un número conocido de artrópodos, a menudo mosquitos, se introduce en esa habitación para observar y registrar su actividad al posarse y picar a los voluntarios.
De este modo, esta prueba permite evaluar la efectividad de protección del repelente en una situación más próxima a la realidad.
